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CAPÍTULO 1

NORA                                                                             01/03/2015

 

 

MI CLÍTORIS NO ES UN BOTÓN, GRACIAS

 

 

 

 

Querido diario:

 

 

No me puedo creer que después de 4 años, mi novio Darío siga pensando que esa bolita que está entre mis piernas es un maldito botón. Le quiero muchísimo, pero empiezo a estar harta de discutir una y otra vez sobre el uso de mi preciado clítoris.

 

Como no, hoy ha vuelto a salir el tema después de una gran noche de sexo. He tenido de TODO (y cuando digo todo, digo todo)...menos eso. Me encanta cuando pone su cara de "sí, sí cariño, te entiendo" y en verdad lo que está pensando es "joder, que pedazo de noche, lo he dado todo, soy un crack". Ojalá pudieses darme alguna solución, porque ya no sé como hacérselo entender. He probado de todo: enseñárselo mediante figuras de plastilina, a través de juegos eróticos, utilizando sutiles amenazas...vamos, que he ido de buen rollo en todo momento, y nada, que no hay manera.

 

Os juro que estoy en contra de fingir, en serio, pero ayer no tuve más opción. Me supo mal, porque se lo curró bastante y, al final, cuando él creía que estaba haciendo un gran trabajo con mi "botón" tuve que hacerlo: fingí. ¿Me arrepiento? No.

 

Todo empezó cuando estábamos viendo "Posdata: te quiero". ¡Me encanta esta película! Mira que la he visto unas diez veces, pero nunca me canso de ella. Tengo muchísima suerte de que Darío siempre esté dispuesto a verla conmigo. La verdad, es que es adorable ver como disfruta cuando la ponemos, de hecho, ayer en un par de ocasiones vi como se le saltaba una lagrimita. ¡Ay mi chico sensible! El caso fue que Darío no pudo esperar a que acabase la película y, envuelto por el ambiente rebosante de amor que flotaba en nuestro cuarto, decidió ponerse encima mío y empezar a acariciarme los pechos y besarme con pasión. No te puedes imaginar la monstruosidad que asomaba por sus pantalones...¿quién va a tener así ganas de seguir viendo la película? Pasada una media hora de interminable placer, Darío, siguiendo un impulso salvaje, decidió frenar sus envestidas para regalarme un orgasmo brutal, aunque, lamentablemente, no lo consiguió. Eh, no me malinterpretéis, aplaudo su iniciativa y adoro cuando se pone en plan dominante, pero hay que ir puliendo detalles, y comprenderéis que decirle en el momento "amor, te estás flipando, no te pases" es excesivo y una cortada de rollo total. El caso fue que al inicio la cosa prometía: empezó a besarme y morderme el lóbulo de la oreja (como sabe lo que me gusta) y, lentamente, fue resbalando su mano por mi cuerpo hasta llegar a mi zona más íntima. Por desgracia, hizo lo de siempre: se dejó llevar demasiado por el momento. Darío, intentó demostrarme su pasión y sus ganas de complacerme acariciando en círculos mi clítoris. Hasta ahí bien. El problema fue, que acariciar para mi chico es sinónimo de presionar con toda su energía como si su vida dependiese de ello. Y...¡joder! no puede existir algo que excite menos que un apretón en el clítoris. Por favor, vida mía, aprende de una vez que el clítoris es un ser delicado al que hay que tratar con mucho cariño y amor.

 

En fin, lo dicho, no tuve más remedio que fingir un orgasmo para no hundir a mi novio en la miseria, aunque después de eso, algo tenía que decirle. No pude evitar volver a repetirle por enésima vez mis deseos sexuales... ¡ojalá se aprendiera tan bien mis indicaciones como los trucos del maldito "Call Of Duty"!

 

La cuestión es: ¿cómo se lo puedo meter en la cabeza? ¿Le castigo con sequia sexual hasta que aprenda? No, no, no, olvidemos esta idea, no estamos tan mal. ¿Y un curso intensivo de "Rubias19.com"? ¡Esto roza la desesperación! Necesito respuestas, por él, por mí, y, sobre todo, ¡por mi clítoris!

 

 

 

Bueno, bueno, bueno...parece ser que esta semana nuestra pareja ha tenido un problema de lo más picante, aunque para ellos no es algo nuevo. Sin lugar a dudas, a Nora y a Darío no les iría nada mal escuchar algunos consejos y opiniones...así que, ¡no os cortéis lo más mínimo! Seguro que podréis ayudarles a superar esta barrera en su relación. ¿Creéis que Nora dará en el clavo con su curso intensivo viendo una web porno? ¿Se os ocurre una manera mejor de tratar el tema con Darío? ¿Qué pensáis que podría hacer él para regalarle el mejor orgasmo de su vida? Y, lo más inquietante de todo...¿qué pasará la próxima semana?

 

Ahora sí, iniciamos #elblogdeeighteenmay. Insisto, decid todo aquello que se os pase por la mente, por perverso que sea. No tengáis vergüenza, pues, como habéis podido apreciar, nuestros protagonistas no la tienen. 

 

Atentamente, 

 

Eighteen May

DARÍO                                                                                          01/03/2015

 

 

DONDE SE PONGA UNA BUENA CREMALLERA,

QUE SE QUITEN LOS BOTONES

 

 

 

 

 

 

Querido diario:

 

 

¡Dios, menuda discusión anoche! Después de más de media hora currándomelo, haciéndole de todo y estando más pendiente de cómo estaba ella que dé como estaba yo, me lió un percal que flipas. Sí que es verdad que ha insistido muchísimas veces en explicarme como funciona su clítoris, pero ¡¿quién coño sabe cómo funciona?¡ Seguro que ni ella sabe realmente lo que tiene entre sus piernas. Ella cree que paso del tema y, sinceramente, tiene algo de razón, ¡me rindo! A veces, cuando me explica sus teorías sobre su botón (porque me dirá lo que quiera pero eso es un puto botón), asiento con la cabeza esperando que deje sus magistrales clases lo antes posible y que me deje disfrutar de mi gran orgasmo, ya que yo, a diferencia de ella, sí que lo aprecio.

 

Su manera de intentar explicarme que es lo que quiere que haga con esa bolita mejora cuando saca la plastilina; por lo menos me río al ver el poco arte que tiene al intentar hacer figuras que, según ella, son dedos, penes y vaginas. Lo que ella no sabe, es que las caras de interesante que pongo al ver sus obras de arte son por intentar descifrar que representa cada una de sus figuras, y no por intentar entender lo que me explica con ellas. ¡Me parto al verla jugar con plastilina con sus 24 añazos!

 

Al tema. Todo empezó cuando "decidimos" poner la fantástica, romántica y macabra película "Postdata: te quiero" por décima vez (me sé los diálogos mejor que el propio Gerard Butler). Ella se pone tierna y cariñosa al verla ya que le encanta y la considera una de las películas más románticas que existen, en cambio, a mi me parece que matar al novio feliz justo al comenzar la historia no tiene ni pizca de gracia. Seguro que si la que muriese fuese la chica no le gustaría tanto. Bueno, a lo que iba. Ayer la cagué, porque hice algo que la hizo pensar que a mí también me apasionaba la película: se me escapó una lágrima. Cuando ella vió mi lágrima caer por la mejilla se acercó y me dijo: por estas cosas me enamoré de ti. ¡Joder!, con esa pedazo de frase quien le va a decir que esa lágrima era solo producto de mi gran bostezo por la mierda de película que me estaba obligando a ver. Así que, tras fingir emocionarme, decidí poner punto y final a esta farsa y me abalancé sobre ella tocándole las tetas y comiéndole la boca como sé que a ella le pone. No pienses mal de mí, cualquiera en mi situación hubiera aprovechado ese momento para embestirla. Además, tampoco tenía más remedio, ya que empezaba a marearme por la poca sangre que me llegaba al cerebro (¡uf! vaya erección). Como no, ella reaccionó favorablemente a mi petición de sexo, así que me propuse darle la hora más placentera de su vida (lamentablemente, solo fue media hora). 

 

Después, ya que su felación fue de campeonato, intenté compensárselo poniendo en práctica todo lo que me había enseñado acerca de su clítoris. Deslicé mi mano lentamente por su cuerpo de la manera más dulce que sé. Y, cuando llegué a esa pequeña bola dura y mojada, empecé a tocarla con toda mi ansia. Yo lo hice bien, empecé poco a poco, suave y lento como ella me había enseñado. Lamentablemente, no fui todo lo suave que yo creía, ya que, aquella misma noche, volvió a retomar sus clases sexuales. ¡Maldito clítoris!, bastante tengo con encontrarlo como para encima aprender a dominarlo.

 

Bueno, sinceramente, paso de darle más vueltas, ya que ella acabo gritando como siempre, así que...¡misión cumplida!

 

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